Crónica de una muerte anunciada (Segunda Parte de la Tercera Parte)

El Loro Ruso

¿Por qué el loro ruso? Más adelante lo sabréis.

La cena estaba bastante bien. Más que una cena era una mesa llena de tapas a elegir, en la cual no se me escapó ningun plato. No me puedo quejar de la labor de Emili, Sergio, Gracia y de todos los que participaron en ella. Después de la cena, vino lo que todos y cada uno de los presentes estábamos esperando (Drink Drink Drink...).

Yo, como siempre, iba decidido. El vodka no me lo quitaba nadie. Así que cogí la botella, me serví una considerable cantidad, y ahí comenzó todo. (Bueno, la verdad comenzó antes, con la sangría, pero bueno). Bebí y bebí, hasta llegar a un punto en el que no sabía lo que hacía. Cogí la botella de vodka con una mano, y la de martini con la otra... y los dos líquidos transparentes cayeron en mi pobre vaso. Unas pocas gotas de licor de kiwi acompañaban dicha combinación.

Sí, este es el famoso loro ruso (© Oskimakinorri 2006). Nadie lo conocía hasta ahora, que yo, el intrépido y arriesgado Óscar, decidí probarlo.

Después de un buen rato de charla y bebida, decidimos bajar al centro. El plan no era el mismo de los anteriores fines de semana. La idea era ir de pub en pub, escuchando 'populum musik' (no confundir con pop). El grupo se partió en dos. Unos cuantos decidimos pasar primero por el mítico Voodoo Popclub. Allí me invitaron a una cerveza.

Eran momentos increibles. No controlaba ni lo que hacía ni lo que decía. Es más, no me controlaba a mí mismo. Bien... por cosas del destino, no pudimos localizar al resto del grupo así que decidimos emprender el camino a casa.

Todo iba bien, y esa noche no terminaría mal. Pero la desgracia estaba aún por llegar....

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